La realidad es que, a día de hoy, estamos ante un escenario cada vez más agresivo que exige una actualización constante de conocimiento, procedimientos y herramientas. Casi un tercio de los directivos consideran ya que la principal función de la ciberseguridad es actuar como “facilitador del crecimiento” frente al 69% que la entienden únicamente como una fórmula para la “reducción de riesgos”.
Ya desde la creación de Internet, la importancia de la seguridad en las comunicaciones ha jugado un papel relevante. A medida que los sistemas de información han ido pasando a ser claves para la competitividad de
las empresas y la digitalización ha llegado a todos los procesos de valor, la normativa y legislación, las distintas organizaciones y la propia función gerencial han ido cambiando para ajustarse a una nueva realidad: un análisis completo de los riesgos de una empresa exige contemplar la seguridad de la información al más alto nivel.
Nos enfrentamos al reto de luchar de manera global contra las amenazas y el incipiente factor de inteligencia social que caracteriza a los ataques.